1 de abril de 2014

Bohemia


Cuadro del pintor itinerante Yaroshenko




BOHEMIA (Néstor Villazón)

¿Bohemio? He aquí la bohemia:
son las 3 de la madrugada
y en pocas horas me levantaré
para ir al trabajo. ¿Bohemia?
Sólo unas cuantas borracheras.
Las calles vacías y el piso
sereno: y esta es la bohemia.
Soy demasiado mayor para vivir todo
esto con esa intensidad, pero algunos días
escribo y tengo que escribir
-ahora que recuerdo-
unas leves notas sobre el libro de Iñaki,
apuntar la exégesis de un nuevo comienzo,
recordar todo lo aprendido ayer.
¿Lagunas? Las ignoro.
No me respetan.
Y otros envían a revistas y editoriales,
se mecen en la angustia y la desesperación.
¿Esa es la bohemia? Entonces
no hablamos de bohemia: es dedicación
a todo aquello que añade un lugar inesperado.
Aquí todo está más cerca: el éxito
o su fracaso derivado, y el público
lamenta no cruzar -cuando le es indiferente-.
¿Bohemio? Tres palabras:
bohemio tú, gilipollas
- y fíjate que no lleva acento-.

[Para Larsen: lo más parecido que he conocido a un bohemio]

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