8 de mayo de 2014

Obras completas




[El furgodesván, mientras el Ultraísta desembala sus baqueteados libros, tarde, como siempre. Larsen y Tinofc rebuscan en el mostrador y de vez en cuando el primero le saca una foto a un ejemplar en especial. Mientras, el Amanuense departe amigablemente con el decano del Rastro. Y Gromov, como es usual, se ha colado tras el parapeto a hurgar entre las cajas todavía hacinadas en el remolque. En esto, rebuscando entre volúmenes inclasificables, ajados y manoseados cual biblias protestantes, localiza un grueso tomo encuadernado en verde y todavía retractilado.]


Gromov [a Larsen]: ¡No me lo puedo creer!: es el tomo 7 de Faulkner, el que te falta para sus obras completas.

Larsen: No me vaciles, Gromov… pero sí, la encuadernación es la misma. A ver… [se lo pasa].

Ultraísta [que, ante el interés despertado, supervisa la operación]: Ese es caro. Así que no emocionarse.


Larsen: ¡Bah, es un tomo suelto de las obras completas de Flaubert! [destripa el plástico y ve que contiene únicamente las cartas de éste a Louise Colette y algunos libros de viaje]. ¡Y no es el que trae La Educación del Semental!

 



Tinofc: No sabía que nadie hubiera publicado las obras completas de Faulkner.
 
Gromov: Sí, hombre, están en Pseudoaguilar.
 

Tinofc: ¿Y qué cojones es eso de Pseudoaguilar?

Larsen: Son unas réplicas de los viejos Aguilares que salieron en quiosco hará unos ocho o diez años editados por RBA... Pero no están cosidos, el papel no es biblia y la encuadernación en guaflex huele a zapato. 

Gromov: Es cierto, pero recuperaron muchas de las obras completas de Aguilar ya inencontrables (o carísimas) y publicaron otras que nunca lo habían sido anteriormente en la editorial del Tolle, lege. Por ejemplo, Conrad, Stevenson, o el propio Faulkner del que hablábamos. Y concretamente esos tomos ahora se empiezan a cotizar bastante.

Larsen: Pues yo, los 6 que tengo, los he ido comprando en el Rastro a un precio asequible (menos el que me trajo el Ruso de Pucela). Y si no encuentro el que me falta, me da igual, porque los compro para leerlos; no como tú [a Gromov], que eres un completista. 

Gromov [con sorna]: Sí, este tipo de obras, al ser tantos tomos juntos con los lomos en dorado, lucen mucho en la estantería.


 


Ultraísta: Yo tuve hace poco las obras de Ortega y Gasset, pero ya las vendí. Por tomos sueltos.

Tinofc [atrabiliario]: No me gustan las obras completas. Recuerdo que en Gringo Viejo el protagonista (trasunto de un desengañado Ambroise Bierce) coge todos los tomos de su propia opera omnia, tan ordenaditos ellos sobre la mesa, y los tira al suelo con hastío y desprecio. Ese deseo siento siento yo cuando veo los carísimos tomos impolutos de la Biblioteca Castro, la máxima especialista actualmente en obras completas, cosidos con hilo de seda e impresos en papel de Finlandia: ¡al hoyo con ellos!



Gromov: No estoy de acuerdo en eso de la especialidad. La Biblioteca Castro sólo saca autores españoles, y creo que ya todos muertos. Mientras que Galaxia Gutenberg tiene obras completas de españoles y extranjeros vivos y muertos. Lo que pasa es que van apareciendo con cuentagotas. Llevan 20 años con Gómez de la Serna y aún faltan 2 tomos. Y Nabokov no sé si llegaré a verlo todo en vida…





[Se incorpora el] Amanuense: ¿A quién estáis poniendo verde ahora?

Larsen: No a quién, sino a qué: hablamos de las obras completas. Aquí, el Polaco, no las puede ni ver. 

Amanuense: No hay que ser tan radical. Si algo hay criticable en las obras completas es que nunca lo son. Los herederos siempre están sacando inéditos, epistolarios,… hasta los deberes del colegio del difunto autor, para exprimirle al máximo, como hicieron con el cadáver del Cid cuando lo montaron en el caballo.

Tinofc: Justo, eso es: las obras completas son una forma, a veces en vida, de embalsamar al escritor. 

Larsen: Pues no recuerdo quien, pero hubo uno que dijo que sus hijos eran realmente sus obras completas: ¡y encuadernadas en piel!
 
Gromov: Esto no es coña: existen libros encuadernados en piel humana, estuvieron muy de moda en el siglo XIX. Lo podéis leer en Libros Malditos, Malditos Libros.



 
Ultraista [siempre siguiendo el hilo de la conversación y metiendo baza mientras está a lo suyo]: ¡Malditos vosotros!, que os pasáis aquí media mañana, me revolvéis los libros y luego no me compráis nada. ¡A mí sí que me gustaría despellejaros!



[Blogorreico Spasavic]


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