Y aún asín, vamos tirando…
A continuación tres ejemplos del amor bibliourum patrio.
En las Epístolas Familiares, de Antonio Guevara, Valladolid, Juan de Villaquirán, 1544, leemos en la Letra para el Obispo de Badajoz:
“Es pues el caso que en el año de mil quinientos veintitrés pasando yo por la villa de Zafra me allegué a la tienda de un librero, el cual estaba deshojando un libro viejo de pergamino para encuadernar otro libro nuevo, y como conocí que el libro era mucho mejor para leer que no para encuadernar libros, dile por él ocho reales, y aún diérale ocho ducados.”
En Memorias de un librero catalán, de Antonio Palau y Dulcet, Barcelona, Librería Catalonia, 1935 (de donde sacamos la pista anterior) se lee en la página 76
En Guía-Inventario del Archivo de Protocolos de León, de Francisco Cadenas y Vicent, Madrid, Ediciones Hidalguía, 1955, leemos espantados
Y aún así, vamos tirando.
[El Amanuense]
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